Es cierto que unas gotitas de Salsa Valentina sobre tu comida añaden un sabor único, pero ¿sabías que la Salsa Valentina puede ser un ingrediente esencial de tus preparaciones?
Etiqueta amarilla: salsa botanera con un nivel bajo de picante, ideal para todo tipo de aperitivo como patatas o fruta.
Etiqueta negra: la más picante de todas. Perfecta para los más valientes.
Etiqueta azul: el equilibrio perfecto entre picante y acidez, perfecta para potenciar el sabor de los mariscos.
Entremos en detalle
El uso de la Salsa Valentina no solo se limita a ponerla sobre las palomitas, las ensaladas, la carne o incluso los postres. Su versatilidad nos permite usarla como ingrediente base para la elaboración de diferentes platos.
A continuación, te compartimos algunas ideas de fácil preparación para que puedas incorporarlas en tu carta.
Salchichas a la Valentina: tan sencillo como adobar tus salchichas favoritas con Salsa Valentina y luego sofreírlas en una sartén caliente. Adicionalmente, si te gusta el dulce, puedes añadir unas gotitas de miel para crear un sabor explosivo.
Alitas al estilo búfalo: marina por 15 minutos tus alitas con Salsa Valentina, pimiento en polvo, sal, pimienta. Posteriormente, mételas al horno hasta que estén en su punto.
Patatas bravas con Valentina: la clásica receta española pero ahora mexicanizada. Solo debes reemplazar la salsa de guindilla por Salsa Valentina. ¡Para chuparse los dedos!
Pizza Valentina: cuando hagas la masa para tus pizzas, añade unas gotitas de Salsa Valentina. Le dará un toque único a tus pizzas y hará que tus comensales te pregunten siempre “¡qué es!”.
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